La prueba de conocimientos constitucionales y socioculturales de España (prueba CCSE) ha sido elaborada por el Instituto Cervantes y evalúa, por medio de distintas tareas, el conocimiento de la Constitución y de la realidad social y cultural españolas, requisito indispensable en las leyes anteriormente citadas para la concesión o la adquisición de la nacionalidad española, según corresponda.
La prueba CCSE 2024 tiene las siguientes características generales:
1. Se compone de 5 tareas con un total de 25 preguntas de respuesta cerrada (hay preguntas con tres opciones de respuesta de las cuales solo una es verdadera, y otras con una sola opción de respuesta de verdadero o falso).
2. Se organiza a partir de dos grandes apartados, cada uno de los cuales corresponde a lo establecido en las leyes anteriormente mencionadas:
2.1. Gobierno, legislación y participación ciudadana en España (que tiene un mayor peso en el conjunto de la prueba, con el 60 % de las preguntas) y
2.2. Cultura, historia y sociedad españolas (que representa el 40 % de las preguntas).
La selección de los contenidos en los que se centra la prueba CCSE se ha llevado a cabo sobre la base de la encomienda del Ministerio de Justicia (los candidatos deben acreditar el suficiente conocimiento de la Constitución española y de la realidad social y cultural españolas) y sobre los inventarios del Plan curricular del Instituto Cervantes.
Niveles de referencia para el español que describen los referentes culturales y los saberes y comportamientos socioculturales. A partir de estos dos inventarios del Plan curricular, el Instituto Cervantes ha elaborado un inventario único de contenidos para la prueba CCSE 2024, considerando el objetivo de la prueba y el perfil de candidatos a los que va dirigida.
El repertorio de contenidos lingüísticos que pueden ser incluidos en la prueba se recoge en el Manual de preparación de la prueba CCSE 2024. Para la elaboración de la prueba CCSE 2020 el Instituto Cervantes, como con el resto de servicios de evaluación y certificación de los que es responsable (el Instituto Cervantes ostenta desde el año 2002 la dirección académica, administrativa y económica de los Diplomas de español DELE, títulos oficiales de español que otorga el Instituto Cervantes en nombre del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España), ha seguido las directrices establecidas en el Marco común europeo de referencia para las lenguas (MCER)2 y el Manual para relacionar exámenes con el MCER, ambos documentos elaborados por el Consejo de Europa.
Además, el Instituto Cervantes suscribe los estándares internacionales de las dos asociaciones dedicadas a servicios de evaluación y certificación de lenguas a las que pertenece, ALTE (de ámbito europeo) y SICELE (de ámbito hispánico) en los procesos de:
1. Elaboración y desarrollo de pruebas.
2. Dispositivo de gestión y administración de las pruebas (que incluye la posibilidad de administrar las pruebas en condiciones especiales).
3. Calificación y análisis de resultados (que incluye un procedimiento por el que se atienden las solicitudes de revisión de calificaciones que presentan los candidatos).
4. Información a los usuarios (que incluye un procedimiento de atención a reclamaciones sobre el procedimiento de la prueba CCSE 2024). En este sentido, una de las concreciones de los estándares de calidad aplicados a la elaboración de la prueba CCSE 2024 es que se ha realizado en los últimos meses un importante trabajo de experimentación de la misma: en el pilotaje han participado más de 200 candidatos potenciales, residentes en siete países, representantes de cerca de 40 nacionalidades. En el proceso de experimentación han colaborado centros del Instituto Cervantes en el mundo, pero también centros de formación de extranjeros de España. Los candidatos que han participado en el proceso de experimentación tenían el perfil de los candidatos a los que va dirigida la prueba CCSE 2024 (candidatos de origen sefardí o extranjeros residentes en España en cualquiera de los supuestos contemplados). Dichos candidatos valoraron muy positivamente la duración del examen, la claridad de las instrucciones y las preguntas, o la manejabilidad del formato de la prueba. Entre otras conclusiones obtenidas de la experimentación, se establecieron decisiones como la duración final del examen, el punto de corte para superar la prueba (el 60 % de las preguntas) o el ajuste de algunas instrucciones o enunciados.